Centenares de lágrimas aglomeradas en mi pecho
aguardan el momento de ser libres.
No quiero dejar que eso suceda,
pero no podré evitarlo eternamente.
Quisiera ser como la lluvia,
y sin aviso ni explicación
arrojarme desde el cielo
atesorando la sensación de caer al vacío
antes de sufrir el inevitable impacto.
Daiana Olivera
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