Sedientos de Tinta

Soy una cabecera que desaparece y reaparece, algunas veces...

Descubrí que tengo alma el día que te fuiste
porque desde entonces no ha dejado de llorar.
Llora ella porque mis ojos se secaron.
Llora y soy incapaz de detenerla.
Sólo tú podrías hacerlo, si quisieses.
Porque no dejará de llorar
hasta el mismo momento
en que vuelvas a mí,
o hasta la hora de mi fin
-que no tardará en llegar,
pues sin ti no me queda vida.
Voy agonizando lentamente
y mi última voluntad eres tú.

Daiana Olivera

0 comentarios:

Publicar un comentario