Sedientos de Tinta

Soy una cabecera que desaparece y reaparece, algunas veces...

Seffy, Eleo y Nym fueron las primeras en llegar a su torre, lo hicieron sin problemas. Odiseo insistió en acompañar a Aessa a su torre antes de dirigirse a la suya propia. Caminaban despreocupados de que alguien los encontrara, mientras charlaban.

Odiseo: sabes que pienso?

Aessa: no, dime, ¿que pasa por esa cabecita enrulada? –risita.

Odiseo: que tú deberías estar en la banda.

Aessa: yo? Por qué? si no sé ni tocar los toc-toc –riendo.

Odiseo: jajaja, siempre me haces reír, es que pienso que eres demasiado bonita como para no participar.

Aessa: -algo nerviosa por el comentario- eh mira ya llegamos.

Odiseo: pues entonces hasta aquí llego yo –hizo una reverencia.

Aessa: eres tan caballero, gracias –se acerco a él, y le dio un beso en la mejilla, muy cerca de la comisura de los labios.

Aessa entró en la torre Gryffindor toda ruborizada, mientras que Odiseo daba pequeños saltos de felicidad camino hacia la torre Ravenclaw, cruzándose con Luli y Albus.

Luli: miralo al rarito este como viene saltando.

Albus: jaja –rió, pero su mente estaba en otro lugar.

Odiseo: -que había alcanzado a escuchar el comentario- raro son aquellos que se consideran normales.

Por las escaleras que bajaban hacia las mazmorras, iban Cissa y Luca.

Luca: qué te preocupa? dime, anda suéltalo.

Cissa: y qué te hace pensar que algo me preocupa?

Luca: porque te conozco demasiado.

Cissa: -con cara pensativa - creo que tendré que eliminarte.

Luca: entonces me tendré que defender –con esto el rubio le hizo cosquillas a su amiga y salió corriendo.

Cissa: esta me la pagas -corriendo tras de su amigo.

Albus no se decidía a entrar a la torre Gryffindor.

Luli: qué tanto miras para afuera? pasa de una vez.

Albus: que no ves que Fing se tarda demasiado?

********************

En las cercanías de la biblioteca…

Fingolfin: hey Pixie –jalándola del brazo.

Pixie: qué? –dándose vuelta.

Fingolfin: vamos a probar tu teoría………

La colorada se encontraba ya en los brazos de Fingolfin, apoyada contra la pared. Sus ojos se posaron en los labios del moreno que le sonreía y respiraba casi sobre su rostro.Pixie: Así que probar... –Dijo en un susurro sensual.Fingolfin: -riendo bajito- No quieres?Antes de que la colorada pudiera responder sintió los labios de Fingolfin sobre los suyos. Eran suaves, dulces y agrios al mismo tiempo, como una mermelada de arándanos; y la besaban con ganas, con pasión contenida desde hacía mucho tiempo. Pixie se aferró a su espalda mientras él clavaba sus manos en la cadera de la muchacha. De pronto la chica sintió como una descarga de electricidad recorría su cuerpo, pasando al cuerpo del chico que abrió los ojos sorprendido.
La descarga eléctrica que surgió de la colorada, rápidamente empezó a correr por el sistema de cañerías del colegio buscando un punto de descarga.

***********
En los baño de los prefectos Teddy se lavaba la cara, Pity lo acompañaba.

Pity: al menos sabes que tus padres fueron unos héroes.

Teddy: pero no los tengo conmigo, eso de qué me sirve? –cerrando la canilla.

Pero justo en ese instante que estaba por soltar la canilla la descarga eléctrica le pegó de lleno empujándolo un par de metros y dejándolo de bruces en el suelo. Pity corrió a su lado; no reaccionaba, y no le podía encontrar el pulso.

Pity: Teddy, despierta, por favor, respóndeme! por favor, no me dejes! no, tú no, no puedes dejarme. Por favor, yo te necesito, no me dejes, te quiero, Teddy! –Desesperada.

La chica se aferraba al pecho del joven tratando de escuchar el corazón del muchacho latir, pero nada, la desesperación la abrumaba; comenzó a llorar desconsoladamente.

Teddy: es la primera vez que te veo llorar –mientras le acariciaba la cabeza.

Pity: Teddy! gracias a Merlín, estas bien, yo…..yo…no sé lo que haría sin ti.

Teddy: nunca te voy a dejar –incorporándose.

*****

Se miraban fijamente, ninguno de los dos sabía lo que había pasado, pero ambos lo sentían. Lo sentían en todo su ser, en cada fibra de su cuerpo, como si el tiempo se hubiera paralizado en el instante en que sus labios se juntaron y una corriente eléctrica recorriera sus cuerpos.

Fingolfin: wow……eso fue….

Pero no alcanzó a terminar la frase, la colorada había salido corriendo, como un rayo hacia las mazmorras, y él se quedo allí como pegado al piso con la respiración aún exaltada y la boca entreabierta.

Poco a poco fue reaccionando y caminó muy tranquilo hacia su torre.

*******************
Los ojos de Pity dejaban ver su alma y estaban llorando ante la posibilidad de perder a la única persona que había estado con ella en todo momento. Ahora no podía articular palabra, solo lo miraba con esa expresión adusta tan característica de ella, y él solo le sonreía. Miles de preguntas rondaban la cabeza de la chica, cuanto había escuchado él. Teddy acarició el pelo de Pity y se acercaron para besarse. Fue tierno e inocente, pero muy deseado. Lentamente ambos se pusieron de pie, no decían nada, las palabras sobraban, y comenzaron a caminar hacia la torre Ravenclaw, que estaba mas cerca de lo que ambos creían.

Iban tomados de la mano y se sonreían mutuamente. Al llegar cerca del retrato que custodiaba la puerta de acceso a la torre, Pity se detuvo junto a una estatua de un Sirmurgh. Pity: “Rey David” -susurró a la estatua que movió una de sus alas para dar paso a una escalera ascendente.Teddy: pero... -alcanzó a decir Teddy sorprendido.Pity: shh -lo calló la castaña con su suave beso– quédate -le dijo y subieron por la escaleras.

********************
Una de las primeras clases del lunes era Pociones, de Gryffindor y Slytherin. Pixie aún estaba desconcertada por lo sucedido la noche anterior. Lo había disfrutado, si, pero era distinto, había algo que la intrigaba sobre Fingolfin, pero no podía definir que, por lo que decidió hacer lo mas fácil, simular que nada había sucedido.

Cissa: Pix, ¿necesitas ayuda con el antídoto?

Cissa miraba con cara de asco el caldero de su amiga, del cual había empezado a salir un líquido espeso de color verde que en realidad tenía que ser de un púrpura oscuro. Pixie suspiró, apoyó los codos en el pupitre y colocó su cabeza entre sus manos y miró su caldero.

Pixie: realmente creo que esta materia no debería existir. Nunca la voy a ...

Se quedó callada. Había levantado la vista y se encontró con Fing, sentado en la mesa del fondo, que la había estado mirando. En cuanto Pix levantó su cabeza, el muchacho volvió a mirar su caldero.

Cissa: ¿Qué decías?

Cissa se había percatado de la situación y trataba de reparar la poción de Pixie.

Pixie: Nada. ¿Sabes? Creo que Wilhelm me estaba mirando -sonreía como si fuese su cumpleaños.

Cissa: ¿Y? ¿Acaso está prohibido?

Cissa levantó la vista y vio el rostro de su amiga, entonces se dio cuenta de lo que ésta tramaba.

Cissa: ¿Qué estas pensando hacer?

Pixie: Nada.

Cissa: Vamos, te conozco.

Cissa había empezado a sonreír. Una de las únicas cosas que la hacían sonreír, era ver como Pixie juntaba en su lista personal y mental enamorados de todas las casas y clases.

Pixie: Todavía no le perdono que nos haya acusado de escribir el mensaje -la muchacha estaba radiante de alegría.

Cissa: Pero... ¿no te pidió disculpas? -no dejaba de sonreír aunque trataba de disimularlo.

Pixie: ¿y desde cuando ese es un motivo para perdonarlo? -no podía creer lo que escuchaba.

Cissa: Desde nunca! Pero hazme el favor de no provocar discusiones. Uds. dos gritan demasiado.

La rubia tomó el caldero de su amiga y empezó a arreglar la poción. Ellas no se escondían al hacer trampa con sus deberes, el profesor Malfoy tenía una habilidad increíble para no notarlo.

Pixie: Muy bien! Gracias!

Y la chica se dedicó a observar y a hacer oídos sordos a las instrucciones de su amiga de cómo hacer correctamente el antídoto.

Cuando sonó el timbre, todos los alumnos se retiraron del aula, a excepción de Fingolfin que tenía que cumplir un castigo porque su antídoto era perfecto. Él y Malfoy se odiaban, sin ninguna razón aparente.

Pixie: ¿Fingolfin? Quería saber si podías hacerme un pequeño favor.

Se sentó en el pupitre donde Fing había empezado a quedarse mirando embobado a Pixie, aún estaba shockeado por lo de la noche anterior

Pixie: Aunque no lo creas, soy algo... desastrosa con esta materia y he notado que tú eres bastante hábil con los antídotos.

Pixie se cruzó de piernas haciendo que la pollera del uniforme se levante dejando ver sus muslos. Justo en ese momento, Fing se había agachado para guardar algunas cosas en su mochila. Cuando levantó la mirada, no pudo evitar quedarse observando las contorneadas piernas de la muchacha. Pixie, al ver este efecto, sonrió y siguió hablando.

Pixie: Estaba pensando en que podrías darme unas clases particulares.

Fing se incorporó de inmediato. No podía dejarse llevar como la noche anterior, ella era una Slytherin. Pero su movimiento fue un error. Había quedado con su cara peligrosamente cerca del rostro de ella. Pixie esperó un momento y, al ver que el muchacho se encontraba cada vez mas nervioso y sin responder, siguió hablándole, aunque más bajo.

Pixie: pero... -mientras jugaba con el nudo de la corbata de Gryffindor-... tendría que ser a solas... no puedo concentrarme cuando hay mucha gente.

Fingolfin:... yo... creo.... podría ser -sacudió un poco su cabeza como para volver en sí- Claro, te puedo ayudar, pero tendría que ser a ultima hora, esta semana tengo entrenamiento.
No podía creer lo que había dicho; sus pensamientos habían ido a parar al escote de la muchacha y no se había dado cuenta de lo que decía.

Pixie: Podría ser después del entrenamiento. Estudio mejor por las noches. Podríamos encontrarnos por algún oscuro pasillo y decidir a donde estudiamos. Sabes una cosa? Cissa y yo tenemos habitaciones para nosotras solas

Fingolfin: de... de acuerdo. Hoy después del entrenamiento, ¿te parece bien?

Y se quedó mirando los delgados labios de la colorada, se estaban acercando... y él no podía hacer nada... o no quería?

Pixie: me parece perfecto... -en un susurro.

Pixie se había acercado tanto que al hablar su boca rozó los labios del muchacho...

Pixie: ... bombón.

Y le dio un beso justo en la comisura de los labios. Se bajó del pupitre, abrió la puerta del aula y salió saltando y cantando. Fingolfin se quedó unos minutos mirando a la nada hasta que escuchó una puerta que se abrió.

Draco: Sr. Wilhelm! Sería apropiado que empiece ahora con la limpieza. A menos, claro, que el hígado mohoso de un sapo sea más interesante.

El profesor Malfoy había entrado y estaba sonriendo maliciosamente al ver lo tonto que parecía el muchacho en esa posición. Fing estaba con una mano apoyada en el pupitre y con la otra se tocaba el lugar donde Pixie lo había besado, y estaba ligeramente inclinado hacia delante.
Se enderezó de inmediato.

Fing: Si, señor -Dijo dirigiéndole una mirada de odio al profesor.

Fing no lo soportaba más, tenía que preguntarle; por qué aún después del beso y de todo lo que había sentido, ella actuaba como si nada hubiera pasado? Los rumores acerca de la relación de la colorada con Robert Healing seguían creciendo, y eso solo lo confundía mas.

Fing limpió todo el hígado de sapo lo mas rápido que pudo y además acomodó un par de bandejas de disección que habían quedado olvidadas bajo una mesa.

Corrió a todo lo que sus piernas le permitían, no la entendía, para él el beso había sido especial, distinto y Pixie actuaba como si nada hubiera sucedido, o mas bien, por el contrario, luego se ponía provocadora e incitante.

Fing se detuvo cerca del aula de aritmancia. En cuanto sonó la campana, todos se levantaron y salieron del aula. Pixie, como siempre, salió última, con Cissa adelante. Pasaron por al lado de Fing sin mirarlo. Entonces, éste la llamó cuando estaban en el pasillo ya no quedaba nadie.

Fing: Pixie, necesito hablar contigo.

Pixie: Y acerca de qué? -preguntó indiferente.

Fing: Quería saber si... es verdad... que sales con Robert?

Pixie: No crees que eso es asunto mío?

Fing: bueno…pero…yo…entonces…todo está mal…

Pixie: Fing…

Fing: entonces….olvida lo de ayer….

Pixie: Fing…

Fing: olvida…todo…todo

Pixie: Fing…

Fing: yo no entiendo…no te entiendo…si tú estas con Robert….está bien

Pixie: Fing...

Fing: yo…lamento haberte besado….no lo volveré a repetir.

Fing se dio la vuelta y comenzó a irse, no sabía porque la colorada lo ponía tan nervioso, ni por que había dicho todo eso, si lo que más quería era precisamente repetir el beso.

Pixie: pero yo quiero repetirlo.

Fing se detuvo en seco, y volvió junto a la colorada. Se quedó unos segundos, observándola, hasta que no aguantó mas y la abrazó. Ella alcanzó a susurrar –no tengo nada con Robert- antes de que se volvieran a besar.

***************

Teddy: Buen día, mi Summer Wine, -en un susurro, mientras la besaba.

Pity: umm, que hora es? –abrazándose al muchacho.

Teddy: muy tarde para ir a clases y muy temprano para ir al comedor.

Pity: no tengo ganas de levantarme ¿y tú?

Teddy: yo podría estar así el resto de mi vida.

Pity: ¿es eso una propuesta?

Teddy: depende de la respuesta.

Pity: sea una pregunta o no, sabes que si quiero pasar el resto de mi vida así.

Volvieron a besarse y a amarse. Luego se bañaron y vistieron. A veces en la vida todo es tan claro y ellos lo sabían, sabían que su destino era estar juntos, lo sabían desde el primer momento en que se vieron a los ojos en el tren hacía ya seis años, y ahora estaban juntos.

Fueron a recorrer el colegio ocultos por el hechizo de invisibilidad. Esa misma tarde –según el cronograma que tenían- fueron a la madriguera de lo tejones, según las indicaciones de Draco esa tarde los de Hufflepuff, tenían Herbología, Vuelo y Desarrollo Corporal, todas materias lejos de las madrigueras.

***************

Miércoles por la noche

Ariel: decididamente tenemos que hacer algo, para que los impuros sientan el peso de la justicia.

Darla: ¿hablaste ya con tu abuelo? porque Malfoy fue mortífago y puede sospechar algo.

Ariel: pero mi abuelo fue uno mucho mejor que cualquiera de los Malfoy.

Malcom: pero no era que tu abuelo era nigromante?

Ariel: si, antes de estar junto al señor oscuro, estuvo con Grindewald y ahí aprendió todo sobre nigromancia.

Merlina: espero que luego no venga ningún zombi a comernos.

Darla: no seas cagona, Merlina!

Ariel: yo te protejo amor –guiñándole un ojo.

Julián: además, tenemos que vengarnos por la derrota del otro día.

Ariel: no se habla mas. Tomen sus máscaras, esta noche comienza nuestra venganza.

*****

Pixie iba caminando por uno de los pasillos del tercer piso. No podía dormir y había decidido salir a tomar un poco de aire.

Pixie: Pero que tenemos aquí.... gatito...

Fingolfin estaba apoyado cerca de una de las ventanas. La miraba sonriendo, como esperándola.

Fing: Así que caminando por los pasillos. –En un susurro – Y sola...

Pixie: Sé cuidarme sola –Se acercó a él lentamente hasta quedar muy cerca de su cuerpo- Y tú que haces aquí?

Fing: No podía dormir –La tomó por la cintura al tiempo que ella reía alegremente- Alguna idea?

Pixie: -con voz sensual– Muchas...

Grindelmort 1: Pero miren quienes están aquí...

Grindelmort 3: Podríamos comenzar con ellos...

Grindelmort 2: No hay nadie verdad?

Grindelmort 1: No...

Pixie y Fingolfin se besaban como si la vida se les fuera en esa acción. Los brazos de ella estaban enroscados en el cuello de él, mientras Fing con sus manos en la espalda de ella la acercaba más a él.

Grindelmort 1: Vaya, vaya...

Los chicos se separaron y miraron a su derecha, donde una figura encapuchada los apuntaba con la varita. Detrás de él, cuatro personas más reían.

Pixie: Quiénes son? –Sacando la varita y apuntándolos. A su lado Fingolfin hizo lo mismo.

Grindelmort 3: Una serpiente y un león juntos...

Grindelmort 5: Qué asco, por Merlín...

Fing: a ustedes que les importa? –Apuntó al pecho del que había hablado.

Grindelmort 2: Qué vergüenza y asquerosidad –La varita apuntó al pecho de la chica. ¡Crucio!

Pixie esquivó el hechizo por unos centímetros y sonrió con arrogancia. Fingolfin la miró sin poder creer lo que veía.

Pixie: Soy la mejor en duelo, zorrita –Dijo al reconocer la voz de mujer– Impedimenta!

Los encapuchados se dividieron, formando un círculo para encerrarlos a ellos. Los hechizos volaban de aquí para allá. Fingolfin y Pixie hacían una pareja perfecta en duelo ya que mientras Pixie atacaba, el moreno defendía.

Grindelmort 2. Cómo te atreves? –La voz de la mujer sonaba irritada al perder su varita que voló varios metros lejos de ella.

Fing: Vamos! –Dijo tirando de Pixie– Corre!

Los chicos aprovecharon el descuido de los encapuchados y comenzaron a correr. Pronto llegaron a las escaleras y bajaron a toda velocidad. Aún tomados de las manos no se detuvieron hasta llegar al primer piso. Volteaban cada tanto para ver si los seguían pero no había rastro de los atacantes.

Una vez solos y seguros, Pixie se sentó en el suelo, apoyando la espalda contra el frió muro. Fingolfin tomó asiento frente a ella y la tomó de las manos.

Fing: -Preocupado- estás bien? Te hicieron algo?

Pixie: -Intentando componer su respiración- Claro que no me hicieron nada! Pero estoy cansada de estos ataques! –Enojada– Malditos que no dan la cara!

Fing: Deberíamos contarles a los demás... –Susurró cerca de la boca de la chica que asintió. Así que la mejor en duelos...

Pixie sonrió y tomándolo por la nuca lo besó.

Grindelmort 1: Malditos, se escaparon!

Grindelmort 2: los perseguimos, si quieres.

Grindelmort 3: no, -ordenó- seria mucho alboroto.

Grindelmort 1: mejor sigamos con la ronda, algún otro infeliz encontraremos, lo presiento.

Grindelmort 5: tengo la impresión que esos dos se encuentran por los pasillos muy habitualmente.

Grindelmort 4: no estaría mal espiarlos un poco, ya los vamos a atrapar desprevenidos.

Grindelmort 1: basta de chácharas!, a seguir!

Los cinco encapuchados siguieron su camino, hasta que escucharon los pasos de alguien acercarse. Era Eleo, que volvía despreocupada de las cocinas, traía un tupper con pastel de sangre (N/A es una torta rellena de frutillas y frambuesas) y una extraña botella en la mano.

No se dio cuenta de que estaba rodeada hasta que una voz se lo ordenó y tragó en seco.

Grindelmort 1: pero que tenemos aquí?, la sangre sucia.

Grindelmort 5: la consentida sobrinita de los directores.

Eleo no decía nada, solo los miraba muy fijo a los ojos, era como si los pudiera mirar a todos al mismo tiempo.

Grindelmort 3: Qué no vas a decir nada?

Grindelmort 4: vas quedar peor que Wilhelm.

Los cinco rieron, mientras le apuntaban con sus varitas.

Eleo: y dime ¿como piensas herir algo que no puedes alcanzar?

Los cinco encapuchados miraron con asombro como el rostro de Eleo se volvía duro y frío, y sus ojos de un color amarillo profundo.

Eleo: atrápenme si pueden…..

Un crucio, tres stupefy y un reducto fueron lanzados al mismo tiempo, pero ninguno impacto en la morocha, que había dado un increíble salto elevándose casi dos metros en el aire y casi unos cuatro hacia un costado.

Eleo: jajajaja…..no digan que no se los advertí!

Y desapareció corriendo a grandes saltos.

**************
Viernes por la tarde

La puerta de la “sala de ensayos” se abrió para dejar paso a Albus. Los chicos vieron con sorpresa como seguido de él Harry Potter les sonreía.

Harry: Espero que no les moleste que me quede a ver el ensayo –Saludando con la mano.

Pity: Claro que no –Sonriendo.

Albus: Mi padre –Gruñido– quiere saber si invirtió bien el dinero en las clases de música.

Los chicos rieron cuando Harry les guiño un ojo con complicidad.

Cissa se alejó lo mas posible de él y se apoyó en uno de los muros mientras enfocaba la vista en su libro de Pociones.

Pixie: Bueno –girando la cabeza para no mirar al mayor– Repasamos las canciones del ensayo anterior?

Luego del asentimiento de todos, el ensayo empezó. Harry golpeaba el suelo con su pie al ritmo de cada canción. Ver a su hijo ahí lo llenaba de orgullo y le estaba muy agradecido a Hermione y a... Draco por permitirles a los chicos formar la banda.

El último tema que tocaron fue Elevation de U2 y cuando la última nota sonó Harry estaba de pie aplaudiéndolos.

Harry: Me encantó, chicos.

Todos dijeron un sonoro “Gracias” y empezaron a arreglar el lugar. Cissa se acercó a su amiga para mostrarle algo en el libro de pociones, pero ella estaba muy ocupada mirando a Fingolfin.

Todos se despidieron con un “Mañana por la noche nos vemos” y dejaron la sala uno por uno.

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SABADO PARTIDO REVANCHA GRYFFINDOR – SLYTHERIN

Teddy: esto es increíble!!!

Pity: este es otro partido que seguramente quedará en la historia.

Teddy: es cierto Pitita, augh! –Tocándose la pierna, luego de la patada.

Pity: a pesar del gran esfuerzo de Narcisa Snape, Gryffindor ganó 310 a 300 de Slytherin.

Teddy: pero a pesar de esta derrota, los puntos acumulados le permiten a Slytherin continuar al frente de Torneo de Quidditch de Hogwarts.

Pity: bien Señoras y Señores, esto ha sido todo por hoy, les pedimos a la tribuna del equipo ganador que espere 15 minutos antes de retirarse.

Teddy: la dirección del colegio les recuerda que deben evitar disturbios. Hasta aquí relataron este encuentro: Pithya Parker...

Pity: y Ted Lupin. Buenas tardes y buena suerte...

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Todos los alumnos de Gryffindor caminaban por los pasillos alegres por la victoria. Albus estaba en los hombros de dos de sus compañeros mientras sonreía a todos. Fing a su lado no dejaba de cantar las típicas canciones de un partido.

Pronto la sala común de Gryffindor estaba repleta de gente. Había cervezas de manteca y comida para festejar el gran triunfo. Los chicos charlaban y comentaban sobre el partido. Albus les sonreía a todos mientras abrazaba a Julie que miraba todo con diversión.

Fing: Una gran victoria, no crees? –Preguntó mientras pasaba un brazo por los hombros del buscador.

Albus: -Poniéndose serio– Si, pero aún así las serpientes siguen a la cabeza.

Fing: Lo sé –suspirando– Pero ganamos!!!

El grito de Fingolfin hizo que todos los alumnos gritaran: GRYFFINDOR! Y el sonido parecía el rugido de decenas de leones.

Siguieron festejando por varios minutos mas, hasta que se escucharon varios estallidos y la sala común se llenó de un olor a podrido que hizo que todos salieran por el retrato de la dama gorda.

Aessa: -Tosiendo– Bombas fétidas... –Mirando a sus amigos que estaban pegados a la entrada de la sala.

A su lado varios compañeros echaban la culpa a los Slytherin por la derrota, pero los demás sabían que nada tenia que ver con el partido. No... Ellos sabían quienes eran... Las mismas personas que habían atacado a Fingolfin.

Albus: Esto se está yendo de nuestras manos. Dudo que las serpientes hagan algo como esto –Tosiendo un poco.

Fing: Hay que contárselo a los demás.

Aessa: - con un pie en la sala común– Por lo pronto vamos a limpiar todo eso.

Los chicos la siguieron y comenzaron a limpiar la sala común. El triunfo de Gryffindor quedó olvidado gracias a los encapuchados que día a día complicaban mas las cosas.

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Sábado por la noche

En a biblioteca ya estaban todos reunidos.

Fing: Me atacaron de nuevo –Mirando a los chicos– La otra noche.

Pixie: Y a mi también.

Cissa: ¿Estaban juntos? –Sonrisa.

Fing: Por casualidad nos topamos en un pasillo –Mirando mal a la rubia– Ya estoy cansado de todo esto...

Pixie: Y yo –La colorada había dejado de sonreír.

Pity: Tengo un plan...

Eleo: -Nerviosa– A mi también me atacaron...

Los chicos la miraron con sorpresa. Eleo sonreía divertida como recordando el suceso.

Nym: No te hicieron nada, verdad? –Mirando a la chica como buscando una herida.

Eleo: -riendo– No, para nada.

Pity: -enojada– Dije que tengo una idea.

Teddy: -tomando a Pity de la mano– Tenemos sospechas de un grupo de alumnos de Hufflepuff –Aclaró mirando a Fingolfin y Albus– Seguidores de Voldemort y Gellert Grindelwald.

Nym: -Sorprendida– Podrían llamarse: Grindelmort.

Cissa: -Suspirando– Juro que esta chica va a matarme con esos comentarios.

Los chicos rieron y miraron a Nym con cariño. Ella les sonrió y volvió a vagar en su nube personal.

Pity: -suspirando cansada– Mi plan –dijo de nuevo– tenemos que hacerlo a orillas del lago. Es un buen lugar...

Teddy: Mañana por la noche –Les dijo Teddy seriamente.

Los chicos asintieron justo en el momento en que Harry entraba por la puerta.

Harry: -Desconfiado- Qué hacen?

Teddy: -Inocentemente– Estudiamos, pero ya terminamos.

Pity y él se perdieron por un pasillo oscuro de la biblioteca. Nym, Aessa y Albus se miraron y decidieron seguirlos.Los demás chicos comenzaron a dejar la biblioteca de a poco. Cissa estaba terminando de guardar un libro y su prima Pixie la esperaba en la puerta al tiempo que le guiñaba un ojo a Fingolfin.

Harry: -Acercándose a Cissa- Podemos hablar?

Cissa asintió desconfiada y siguió al moreno por uno de los tantos pasillos de la biblioteca. Lo que no sabían era que en ese mismo pasillo e intentando encontrar a Teddy y Pity estaban los dos Gryffindor y la Ravenclaw.

Harry: -Sacando algo de su bolsillo y dándoselo a la rubia– Quería darte esto.

Cissa: -Sin tocarlo- qué es? –Harry sonrió y acercó mas su mano. Ella notó que parecía una especie de pergamino y al tomarlo y mirarlo bien se puso pálida– Tío Severus...

La imagen mostraba una imagen de Severus Snape de joven. Estaba sentado bajo un árbol cerca del lago, un libro descansaba en sus piernas, de vez en cuando miraba a la cámara y sonreía levemente para luego ponerse serio.

Harry: -Poniéndose al lado de la rubia– Fue un buen hombre –Cissa lo miró de reojo– Tuvimos una relación horrible cuando yo era estudiante.

Cissa: Lo sé –suspirando.Harry: -Poniendo una mano en el hombro de la chica– Pero él me salvo en contadas ocasiones. Si sigo vivo aún es gracias a él –Dejo de sonreír– No dejes que nadie hable mal de Severus Snape, Cissa. Él siempre estuvo en el lado correcto.

Cissa: -Sonriendo levemente y con nostalgia– Estoy muy orgullosa de él.

Harry: Y yo de él. Por eso es que uno de mis hijos lleva su nombre –Abrazando a la rubia que se quedó sorprendida pero respondió el abrazo paterno que le daban– Te pareces tanto a él –Cissa rió en voz alta– Tienes sus gestos y su mirada fría. Su seriedad. Yo sé que se esconde debajo de tu máscara. Lo mismo que él escondía.

Cissa: Gracias. Es importante para mi –Dijo en un susurro.

Harry: -Separándose de ella– Yo nunca perseguí a tus padres Cissa –Ella bajó la cabeza– Este fin de semana almorcé con ellos y te mandan saludos –Ella levantó la cabeza para ver el guiño de ojo y sonrió de nuevo– Te diría que sonrías mas pero... –Suspiró dramáticamente– Eres una Snape.

Cissa: De pies a cabeza –Levantando la cabeza con orgullo- Gracias por la foto.

Harry la saludó con la mano y volvió sobre sus pasos. La Slytherin miró unos segundos más la foto de su tío abuelo y lo siguió. Los chicos seguían escondidos. Aessa y Nym salieron despacio por el pasillo sorprendidos por la charla de la Slytherin y el famoso Harry Potter. Albus aún tenía la mirada fija donde ambos habían estado. Sacudió la cabeza, confundido y caminó despacio a la salida.


***************

A la hora indicada se encontraban todos a las orillas del lago cerca de los lindes del bosque. Nadie sabía que iban a hacer allí exactamente pero sabían que no tendrían que estar ahí.
Luego de unos segundos en silencio, Pity habló.

Pity: Bueno... emmm... teniendo en cuenta las cosas que han sucedido, me pareció oportuno hacer algo para que estemos todos protegidos y en permanente contacto para saber entre nosotros si estamos todos a salvo.

Todos la miraban como si hubiese hablado en otro idioma.

Fing: Exactamente, a qué te refieres?

Pity: A un conjuro grupal... usando magia...

Aessa: Prohibida??

Pity: Antigua. Así que si están todos de acuerdo, empecemos.

Nadie dijo nada, así que Pity tomando el silencio como una repuesta afirmativa comenzó a caminar hacia el bosque. Al principio, nadie se movió, pero entonces todos los de Ravenclaw siguieron los pasos de su compañera, seguidos del resto del grupo.

Avanzaron unos metros en la espesura del bosque hasta entrar en un claro iluminado por la luz de la luna. Pity sacó un libro muy viejo y su varita.

Pity: Colóquense en círculo, parados por orden alfabético y saquen sus varitas.

Algo temerosos obedecieron y se ubicaron los trece jóvenes como si fuesen los números de un reloj.

Pity: Luli, qué haces parada ahí? –señalándola con la mano.

Todos la miraron, y algunos se rieron.

Luli: que no es obvio? dijiste que nos acomodáramos por orden alfabético “Luli”, y bueno que me miran, caramba!

Fing: es que “Julie” es antes que “Luca”.
Luli: oops, lo siento, todo bien –poniéndose en el lugar que le correspondía.

Pity: Como Aessa eres la primera de nosotros, tendrás que guiar el... vamos a llamarlo ritual.

Se acercó a Aessa y le entregó el libro abierto, donde había símbolos muy extraños que parecían runas, un dibujo de un círculo con trece estrellas marcadas en su contorno con un punto negro en el centro y debajo había unas palabras en latín.

Pity: No te preocupes, solo tienes que pronunciar cada frase del conjuro y nosotros repetiremos lo que dices. El resto es pan comido.

Aessa asintió y Pity se ubicó en su lugar y apuntó con su varita hacia el centro del círculo. Los demás hicieron lo mismo. Las varitas extendidas formaban un dibujo dejando en el centro un espacio de unos veinte centímetros.

Aessa: ¿Están listos? De acuerdo -se aclaró la garganta.

“Custidivi noster corporis...

Y todos repitieron la frase sin entender lo que decían.

...munivi noster mens...

En cuanto todos dijeron la última palabra se levantó un viento que soplaba hacia el centro del círculo.

...dedi lux noster anima...

Se tomaron unos segundos más, pero en cuanto terminaron la frase una esfera de luz blanca apareció girando en el espacio que quedaba entre las puntas de las varitas.

... iumxi noster cruor...

En ese momento, antes de que nadie dijera nada, a cada uno de los jóvenes se les hizo un corte algo extraño en el dorso de la mano con la que sostenían las varitas. Unas cuantas gotas de sangre empezaron a deslizarse hacia la esfera de luz y entraron en ella tiñéndola por unos pocos segundos de rojo.

Pity miró a Aessa y asintió con su cabeza indicándole que continuara.

... dedicavi noster opis”

La esfera empezó a temblar y a girar a mayor velocidad, mientras el viento se apagaba hasta dejar el claro en un ambiente de misterio y completo silencio. Entonces, la esfera dejó de temblar y a girar cada vez más lento hasta detenerse casi por completo. La luz blanca se transformó en luz roja y unas gotas que parecían cristales empezaron a subir por la varita de Albus, hasta llegar a su mano y depositarse nuevamente en el extraño corte, que luego de curarse, dibujó un símbolo de color rojo.

A continuación, la esfera se tiñó de verde esmeralda y los cristales subieron hasta la mano de Pixie y dibujaron el mismo símbolo pero verde.Y así, la esfera de luz se fue tiñendo de distintos colores y realizando el mismo dibujo en la mano de todos. Al final del ritual, Cissa lucía un tatuaje plateado, Pity uno dorado, Aessa de color castaño, Nym de color azul francia, Fing de color amarillo, Eleo de color rosa, Teddy de gris plata, Luca de celeste, Odiseo de naranja, Seffy de chocolate y Luli de violeta.

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